"Recientemente, intentar formular una definición de estética parece ser una práctica casi tabú. En la creación y en el disfrute cotidiano de las artes son pocos los artistas o críticos que se refieren a una obra en términos de sus valores estéticos; al intentar evitar posturas de conflicto, se utilizan usualmente términos más "seguros", pero suficientemente ambiguos, como "expresividad", "técnica" e incluso "transgresión", entre otros [1].
La estética, erróneamente entendida en términos coloquiales como sinónimo de bello, nos introduce en un territorio en el que las fronteras no pueden ser vislumbradas, donde impera la subjetividad y parece que nos aleja de posiciones de investigación serias y científicas. Existe, de hecho, el riesgo de perderse entre opiniones contradictorias y profundos debates filosóficos - y, por qué no, estéticos - que parecen no llegar a conclusión alguna.
[...] La estética es la disciplina que estudia los fenómenos de naturaleza sensible en la relación entre sujeto y objeto. No se refiere, por lo tanto, a las experiencias ligadas sólo al arte, sino también a aquellos ligados a la naturaleza y, en general, a la apreciación que el ser humano hace, a través de sus sentidos, del mundo a su alrededor, al asumir que "la estética [...] no es una cualidad asociada únicamente a las obras de arte; por el contrario, el elemento estético está presente en la vida ordinaria cuando el sentimiento es evocado, su sustancia consiste en aquello que Dewey llama 'significados apreciados'." (Jaeger y Selznick 1964, 664) [2].
Gottlieb Baumgarten utiliza el término por primera vez en 1736 para definir "una ciencia que dirige la facultad cognoscitiva inferior, o ciencia del conocimiento sensible". En otra publicación, Aesthetica (1750), el autor profundizará sobre esta definición: "La estética (o teoría de las artes liberales, gnoseología inferior, arte del pensamiento bello, arte de aquello análogo a la razón) es la ciencia del conocimiento sensible."(Franzini y Mazzocut-Mis 1996) [3].
El autor señala como, aún si en el estudio de este conocimiento podemos encontrar confusión o contradicción, ésta es una condición esencial para descubrir la verdad; la confusión no debe ser ignorada, sino analizada con el fin de perfeccionar este conocimiento.
Immanuel Kant hablará algunos años después de una estética trascendental como "la ciencia de todos los principios a priori a la sensibilidad [...] que se organiza entorno a dos formas puras de intuición sensible, es decir, el espacio y el tiempo. [...] No se refiere a la representación del objeto a través del intelecto a la luz del conocimiento, sino a la relación, a través de la imaginación y utilizando sólo la forma intelectual del juicio, al sujeto y a su sentimiento de placer o disgusto. En tal caso hablaremos de un juicio de gusto, que Kant llama también juicio estético, que puede ser solamente subjetivo." (Franzini y Mazzocut-Mis 1996, 6, 7)
Dreifuss Serrano, Cristina (2011) L'estetica (del huachafo) nell'architettura contemporanea a Lima. Tesis para optar por el título de Dottora di Ricerca. Università degli Studi di Roma, La Sapienza.