Antigüedad y Edad Media
Durante la Antigüedad clásica se considera que arte es cualquier habilidad manual sometida a reglas y normas determinadas. Aristóteles intentará definir sus alcances, señalando que el arte es lo posible, al contrario de lo necesario. No es, por lo tanto, ni naturaleza - lo ya existente - ni conocimiento - aquello que tiene un carácter práctico. El artista será, ni más ni menos, que un productor de objetos.
Con respecto a la concepción de la belleza al interior de la reflexión de la época es posible definir, según Bosanquet, algunos rasgos fundamentales:
- Principio moralista: lo bellos es equivalente a lo bueno, y ésto es un camino para llegar a lo superior (a la verdad).
La belleza sensible es un medio necesario a la conciencia del divino. - Platón.
- Principio metafísico: "El arte trabaja solamente con imágenes y no con realidades como las que pueden influir o ser influidas en el mundo de la vida ordinaria. [...] Las apariencias en que consiste el arte bello son superficialmente imitativas." Es por esto que el arte tiene un carácter de inferioridad y sus imágenes debe ser juzgadas, y por lo tanto condenadas, según su capacidad de representar la realidad.
- Prinicipo estético: "La belleza consiste en la expresión imaginativa o sensible de la unidad en la variedad."
Otro valor fundamental del arte clásico es la mímesis como fin del arte. En este sentido, el arte debe entenderse como vehículo para reproducir el mundo exterior.
El placer nace no sólo del reconocimiento del modelo a través de la copia, sino también de la habilidad técnica con la que la imitación se logra. - Aristóteles.
Cicerón añadirá que la mímesis tiene un carácter inventivo, ya que el objetivo de la representación artística no debe ser solamente la copia del original visto en la naturaleza, sino una idealización de la imagen, producida por la mente - y la habilidad - del artista.
Durante la Edad Media, la relación entre belleza, bondad y verdad, ligada además a lo divino, será el eje conductor de las reflexiones sobre el arte y su percepción. La belleza entonces, no será una característica del objeto en sí, sino que está fuera de él.
Lo bello trascendental se llama belleza por la hermosura que propiamente comunica a cada ser como causa de toda armonía y esplendor, alumbrando en ellos porciones de belleza a la manera del rayo brillante que emana de su fuente, la luz. - Pseudo-Dionisio
Se hablará de la virtus operativa como característica del artista, entendiendo que éste no es otra cosa que un productor de objetos. Sin embargo, los ideales de la producción se van a alejar de la imitación como copia de la realidad, y van a apelar al simbolismo con el fin de transmitir ideas o mensajes, más que reproducir.